Silvia y Victoria son las últimas sobrevivientes tras un cataclismo global que ha dejado el mundo en ruinas. Unidas por su dolor compartido y el anhelo de encontrar belleza en un mundo desolado, ambas mujeres hallan un nuevo hogar en la Sabana de Bogotá.
Sin embargo, su tranquila vida se ve interrumpida cuando Victoria comienza a enfermar gravemente. Frente a lo inevitable, juntas, recorrerán los últimos días de su vida en un viaje de aceptación, reflexión y esperanza, aferrándose a la creencia de que el amor trasciende incluso la muerte, y que, en alguna otra vida, se volverán a encontrar.
Esta historia nace hace dos años, después de que me diagnosticaran una enfermedad cardíaca que se manifestaba con fuerza en mi cuerpo. Ese momento me marcó profundamente; fue difícil no cuestionar la fragilidad de la vida y lo breve que es nuestra existencia en este planeta. Pensé en todas esas cosas que haría hoy si fueran mis últimos días en este mundo. En mi interior, emergieron una serie de emociones que se presentaron ante mí como una ensoñación de un mundo surreal.
Comencé a valorar con gratitud esos pequeños actos que me hacían sentir plena, y me pregunté una y otra vez: ¿quién soy cuando nadie me ve? Allí, en ese pensamiento, me encontré a mí misma, cobijada en la reflexión, y atesoré un sentimiento de infinita gratitud hacia este planeta, que a través de su abundancia me ha dado todo para vivir. Reconocí con amor a todas las mujeres maravillosas que me habían acogido entre sus brazos y me habían amado mientras el mundo parecía desmoronarse a mi alrededor.
Así nace Idilio, como una carta a la ilusión de mantenernos vivas siendo quienes queremos ser, abrazando esos pequeños momentos de plenitud, viviendo en libertad y aceptando la naturalidad e inmediatez de nuestros cuerpos.
